Decepcíon es la palabra que lo resume todo. Decepción por el resultado evidentemente. Y por el juego del equipo. Pero también por el estadio, la afición, el supuesto "fair play" inglés y el fútbol en directo en general.
Decepción por el resultado porque creo que un 3-0 es excesivo. El primer gol fue de rebote, el segundo llegó después de que cortaran un contragolpe fingiendo una lesión (pensaba que los que simulaban eran sólo españoles e italianos) y el tercero ya daba igual. El Sevilla ha tenido ocasiones de marcar, de meterse en el partido, pero no ha tenido suerte.
Pero evidentemente no todo es suerte. El equipo también me ha decepcionado. Creo que ha estado un poco blandito, con falta de carácter. He hechado de menos a un Javi Navarro, a un Maresca o a un Antonio Puerta que dijese qué pasa aquí. Pero es fácil acordarse de los que no están cuando las cosas van mal.
Como decía, el Emirates Stadium también me ha decepcionado. Es grande, moderno, desde fuera es bonito, pero dentro es frío, las gradas están poco inclinadas y desde los goles no se ve bien el fútbol. En este sentido se parece al Estadio Olímpico, puede haber perfectamente 15 metros entre la grada y el campo.
Y la afición inglesa no es mejor que ninguna de las que conozco. Protestaban cuando un jugador del Sevilla se quedaba en el suelo, pero los del Arsenal hacían lo mismo. Y cada vez que Kanouté cogía la pelota le gritaban algo que no voy a poner aquí pero que es un insulto bastante grave, racista y xenófobo, aunque no tiene que ver con el color de su piel.
Lo del fair play ya lo he contado. El segundo gol viene de un balón que el Sevilla echa fuera parando un contragolpe, porque un jugador del Arsenal estaba en el suelo, y luego devuelven la pelota junto al banderín de corner. Lo podría esperar de otro equipo, pero no de uno inglés, con lo de limpios que van por la vida.
Todo esto en general, evidentemente agravado por la la derrota, y teniendo en cuenta a la cantidad de tiempo y de dinero que se pierde yendo a ver un partido de fútbol, hace que yo ya haya tenido suficiente para unos cuantos años. No iba al fútbol en directo desde 1992, y la verdad, ahora entiendo por qué.
Como podéis ver por la hora acabo de llegar. He querido escribir esta post así en caliente para olvidarme rápido del tema. Mañana sigue el MBA, que es a lo que he venido y lo que realmente ocupa mi mente ahora mismo.
Por otra parte ha estado bien ver a Nick, amigo de la Erasmus; Simon, amigo de mi anterior época en Londres; Juan Carlos, que me trajo la entrada desde Sevilla; y Antonio, ex-compañero de trabajo en la Casa Rosa.
Decepción por el resultado porque creo que un 3-0 es excesivo. El primer gol fue de rebote, el segundo llegó después de que cortaran un contragolpe fingiendo una lesión (pensaba que los que simulaban eran sólo españoles e italianos) y el tercero ya daba igual. El Sevilla ha tenido ocasiones de marcar, de meterse en el partido, pero no ha tenido suerte.
Pero evidentemente no todo es suerte. El equipo también me ha decepcionado. Creo que ha estado un poco blandito, con falta de carácter. He hechado de menos a un Javi Navarro, a un Maresca o a un Antonio Puerta que dijese qué pasa aquí. Pero es fácil acordarse de los que no están cuando las cosas van mal.
Como decía, el Emirates Stadium también me ha decepcionado. Es grande, moderno, desde fuera es bonito, pero dentro es frío, las gradas están poco inclinadas y desde los goles no se ve bien el fútbol. En este sentido se parece al Estadio Olímpico, puede haber perfectamente 15 metros entre la grada y el campo.
Y la afición inglesa no es mejor que ninguna de las que conozco. Protestaban cuando un jugador del Sevilla se quedaba en el suelo, pero los del Arsenal hacían lo mismo. Y cada vez que Kanouté cogía la pelota le gritaban algo que no voy a poner aquí pero que es un insulto bastante grave, racista y xenófobo, aunque no tiene que ver con el color de su piel.
Lo del fair play ya lo he contado. El segundo gol viene de un balón que el Sevilla echa fuera parando un contragolpe, porque un jugador del Arsenal estaba en el suelo, y luego devuelven la pelota junto al banderín de corner. Lo podría esperar de otro equipo, pero no de uno inglés, con lo de limpios que van por la vida.
Todo esto en general, evidentemente agravado por la la derrota, y teniendo en cuenta a la cantidad de tiempo y de dinero que se pierde yendo a ver un partido de fútbol, hace que yo ya haya tenido suficiente para unos cuantos años. No iba al fútbol en directo desde 1992, y la verdad, ahora entiendo por qué.
Como podéis ver por la hora acabo de llegar. He querido escribir esta post así en caliente para olvidarme rápido del tema. Mañana sigue el MBA, que es a lo que he venido y lo que realmente ocupa mi mente ahora mismo.
Por otra parte ha estado bien ver a Nick, amigo de la Erasmus; Simon, amigo de mi anterior época en Londres; Juan Carlos, que me trajo la entrada desde Sevilla; y Antonio, ex-compañero de trabajo en la Casa Rosa.
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