Acabamos de terminar una clase de Management Practice y estoy tomándome un te antes de entrar en la biblioteca para leerme unos cuantos capítulos de los libros de Management Science y Corporate Finance para mañana. Un día os contaré cómo se preparan las clases, lo intensas que son, lo importante que es estar todalmente al día.
Total, que como no se puede comer ni beber en la biblioteca he decidido aprovechar el tiempo para contar mi fugaz viaje a Sevilla y el nacimiento de Leonardo. Algunos de vosotros ya conocéis la historia, pero otros muchos no. Lo escribo en español para acabar antes. Le diré a Miriam que de su versión en inglés o italiano.
El caso es que yo el jueves de la semana pasada tuve Formal Hall en mi college, luego me fui a casa a estudiar hasta pasada medianoche, y me levanté a las 3:30 de la mañana para ir en autobús al Aeropuerto de Stansted. El vuelo fue bien y a las 11:00 de la mañana estaba en Sevilla (recordad que en España es una hora más tarde que en Inglaterra).
Fui a la Casa Rosa y al dentista y a pesar de que me faltaba un papel pude presentar la solicitud de prestación de desempleo y la suspensión hasta cuando vuelva del MBA, si me hace falta. Me fui a casa, dormi la siesta y eché el día con mi familia, tranquilo. Mi vuelo de regreso salía el sábado por la noche y tenía pensado aprovechar el día para ir a correr un poco, estudiar y hacer algunas compras. Con esos planes me fui a dormir.
Pero el caso es que Miriam rompió aguas a las 2 de la mañana, y me llamó por teléfono. No me lo podía creer. Afortunadamente ella ya había hablado con Blanca y Paula, las mujeres de dos de mis copañeros de clase chilenos, Rodrigo y Andrés. Blanca recogió a Miriam y Diego con el coche y se fueron para el Rosie Hospital.
Como mi vuelo salía para Londres a las 9 de la noche me puse a buscar por internet algo más temprano. Desde Sevilla no había nada, desde Jerez tampoco, ni desde Faro. Al final encontré un vuelo de Easyjet Málaga - London Luton, con salida a las 10:10 y llegada a las 12:00 hora británica. Lo compré y salimos pitando para Málaga. Me llevaron mi padre y mi madre en coche.
El vuelo se me hizo eterno. Miriam había estado toda la madrugada mandándome mensajes y cuando embarqué pensaba que no llegaba porque me dijo que los médicos querían operarla antes del cambio de turno de mediodía. A mi me parecía bien, yo lo que no quería es que ni Miriam ni el niño sufriesen. Pero Miriam queríá que yo estuviese en el parto, y bueno, yo también, pero no a cualquier precio.
Cuando aterrizamos mis planes eran coger un taxi hasta Cambridge (60 libras) pero mientras esperaba las maletas recibí un mensaje de Miriam diciéndome que Andrés había venido a recogerme al aeropuerto. Impresionante cómo se han portado con nosotros.
Llegué al hospital sobre las 14:00 y Miriam ya estaba con contracciones, contenta de verme, pero pasándolo bastante mal. Ahora lo que pasaba es que había habido una emergencia y no podían operarla todavía. Tuvo que esperar como una hora con contracciones de 1 minuto cada 2 minutos. Tiene pinta de ser bastante doloroso.
Total, que como no se puede comer ni beber en la biblioteca he decidido aprovechar el tiempo para contar mi fugaz viaje a Sevilla y el nacimiento de Leonardo. Algunos de vosotros ya conocéis la historia, pero otros muchos no. Lo escribo en español para acabar antes. Le diré a Miriam que de su versión en inglés o italiano.
El caso es que yo el jueves de la semana pasada tuve Formal Hall en mi college, luego me fui a casa a estudiar hasta pasada medianoche, y me levanté a las 3:30 de la mañana para ir en autobús al Aeropuerto de Stansted. El vuelo fue bien y a las 11:00 de la mañana estaba en Sevilla (recordad que en España es una hora más tarde que en Inglaterra).
Fui a la Casa Rosa y al dentista y a pesar de que me faltaba un papel pude presentar la solicitud de prestación de desempleo y la suspensión hasta cuando vuelva del MBA, si me hace falta. Me fui a casa, dormi la siesta y eché el día con mi familia, tranquilo. Mi vuelo de regreso salía el sábado por la noche y tenía pensado aprovechar el día para ir a correr un poco, estudiar y hacer algunas compras. Con esos planes me fui a dormir.
Pero el caso es que Miriam rompió aguas a las 2 de la mañana, y me llamó por teléfono. No me lo podía creer. Afortunadamente ella ya había hablado con Blanca y Paula, las mujeres de dos de mis copañeros de clase chilenos, Rodrigo y Andrés. Blanca recogió a Miriam y Diego con el coche y se fueron para el Rosie Hospital.
Como mi vuelo salía para Londres a las 9 de la noche me puse a buscar por internet algo más temprano. Desde Sevilla no había nada, desde Jerez tampoco, ni desde Faro. Al final encontré un vuelo de Easyjet Málaga - London Luton, con salida a las 10:10 y llegada a las 12:00 hora británica. Lo compré y salimos pitando para Málaga. Me llevaron mi padre y mi madre en coche.
El vuelo se me hizo eterno. Miriam había estado toda la madrugada mandándome mensajes y cuando embarqué pensaba que no llegaba porque me dijo que los médicos querían operarla antes del cambio de turno de mediodía. A mi me parecía bien, yo lo que no quería es que ni Miriam ni el niño sufriesen. Pero Miriam queríá que yo estuviese en el parto, y bueno, yo también, pero no a cualquier precio.
Cuando aterrizamos mis planes eran coger un taxi hasta Cambridge (60 libras) pero mientras esperaba las maletas recibí un mensaje de Miriam diciéndome que Andrés había venido a recogerme al aeropuerto. Impresionante cómo se han portado con nosotros.
Llegué al hospital sobre las 14:00 y Miriam ya estaba con contracciones, contenta de verme, pero pasándolo bastante mal. Ahora lo que pasaba es que había habido una emergencia y no podían operarla todavía. Tuvo que esperar como una hora con contracciones de 1 minuto cada 2 minutos. Tiene pinta de ser bastante doloroso.
Luego me mandaron a cambiarme de ropa, así que me disfracé de George Clooney y nos fuimos para el quirófano. Había un montón de médicos y enfermeras y un montón de aparatos de todo tipo haciendo diferentes ruidos y mostrando todo tipo de gráficos y cifras. Era como muy futurista, como estar en una película.
En todo momento nos explicaban lo que iban a hacer a continuación. Les costó un poco ponerle la epidural a Miriam pero por lo que me dice fue bastante bien y no sintió absolutamente nada. En la cesárea de Diego dice que sí sintió dolor.
Quizás algunos no lo sepáis. La cesárea era algo previsto, sólo que estaba programada para el 18 de octubre y Miriam cumplía el 26. Leonardo se adelantó 20 días. No estoy tan loco como para irme a Sevilla con mi mujer cumplida.
Yo en la operación estaba super cansado. Había dormido unas 5 o 6 horas en los últimos dos días y no me econtraba demasiado bien. Pero aguanté el tipo. Y os puedo decir que no es nada agradable ver a tu mujer abierta en canal y a gente con máscaras metiendo las manos en su vientre. Pero al mismo tiempo la ves a ella tan tranquila, hablando, bromeando, que parece algo ireal, como esos números de magia en los que cortan a la gente por la mitad con una sierra.
Todo fue bastante rápido y bien. A veces te llevabas algún susto porque alguna máquina comenzaba a pitar y como uno ve Doctor House y esas cosas se piensa lo peor, pero no hubo ningún problema. Sacaron al niño por los pies y al momento comenzó a llorar, muy bajito, como un gatito. Estaba todo lleno de sangre y sucio. Ya sabéis.
Cuando le cortaron el cordón me lo pasaron a mi y me di cuenta de que era bastante más pequeño que Diego al nacer. Lo tuve un momento en mis brazos y se lo acerque a Miriam. Es un momento muy emocionante. Los que sois padres lo sabréis.
Entonces el pediatra me llamó para que me fuese con el a pesar el niño, limpiarlo un poco y vestirlo. El tío acertó el peso a ojo, dijo 2.5 y fueron 2.510kg. Era pequeñito, pero estaba bien de salud, que es lo importante.
Y creo que más o menos esta es toda la historia. Miriam ya está en casa con su madre, Judith. Leo está muy bien. Y Diego también.
Me tengo que ir a estudiar.
En todo momento nos explicaban lo que iban a hacer a continuación. Les costó un poco ponerle la epidural a Miriam pero por lo que me dice fue bastante bien y no sintió absolutamente nada. En la cesárea de Diego dice que sí sintió dolor.
Quizás algunos no lo sepáis. La cesárea era algo previsto, sólo que estaba programada para el 18 de octubre y Miriam cumplía el 26. Leonardo se adelantó 20 días. No estoy tan loco como para irme a Sevilla con mi mujer cumplida.
Yo en la operación estaba super cansado. Había dormido unas 5 o 6 horas en los últimos dos días y no me econtraba demasiado bien. Pero aguanté el tipo. Y os puedo decir que no es nada agradable ver a tu mujer abierta en canal y a gente con máscaras metiendo las manos en su vientre. Pero al mismo tiempo la ves a ella tan tranquila, hablando, bromeando, que parece algo ireal, como esos números de magia en los que cortan a la gente por la mitad con una sierra.
Todo fue bastante rápido y bien. A veces te llevabas algún susto porque alguna máquina comenzaba a pitar y como uno ve Doctor House y esas cosas se piensa lo peor, pero no hubo ningún problema. Sacaron al niño por los pies y al momento comenzó a llorar, muy bajito, como un gatito. Estaba todo lleno de sangre y sucio. Ya sabéis.
Cuando le cortaron el cordón me lo pasaron a mi y me di cuenta de que era bastante más pequeño que Diego al nacer. Lo tuve un momento en mis brazos y se lo acerque a Miriam. Es un momento muy emocionante. Los que sois padres lo sabréis.
Entonces el pediatra me llamó para que me fuese con el a pesar el niño, limpiarlo un poco y vestirlo. El tío acertó el peso a ojo, dijo 2.5 y fueron 2.510kg. Era pequeñito, pero estaba bien de salud, que es lo importante.
Y creo que más o menos esta es toda la historia. Miriam ya está en casa con su madre, Judith. Leo está muy bien. Y Diego también.
Me tengo que ir a estudiar.
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